El perfil profesional de los sanitarios queda definido por sus capacidades generales, sus competencias profesionales, técnicas, personales, sociales y de cuidado de los aspectos humanos y emocionales de los ciudadanos como usuarios de los sistemas de salud. Quizás se ha infravalorado la verdadera importancia que tienen ciertos aspectos en la interrelación con nuestros iguales y pacientes. Sin embargo, hoy se conoce ampliamente la trascendencia de su cuidado.
Los aspectos de una comunicación eficiente, conociendo sus componentes, técnicas, barreras y limitaciones, y el respeto de la autonomía y competencia de las distintas personas que intervienen en su ámbito de trabajo, junto con la aplicación de técnicas básicas de ayuda psicológica, atendiendo a las necesidades del ser humano, han sido dos de los campos menos trabajados. Existen condicionantes del ser humano relacionados con aspectos sociales y antropológicos, tales como el conocimiento de las funciones sociales, los roles en las relaciones o la percepción del rechazo social, que influyen en la actitud del profesional sanitario de cara a poder prestar su orientación a familiares y pacientes.
La comprensión del funcionamiento psíquico y de sus procesos, como la atención, la percepción, la memoria, el pensamiento, el lenguaje, la emoción y la motivación, así como la evolución de la personalidad como conglomerado de conductas externas y fenómenos psíquicos internos, es básica para un buen acercamiento al paciente y sus posibles limitaciones cuando se quiere ofrecer cuidados de calidad.
De la misma manera, es imprescindible distinguir que la enfermedad y sus “fases” son la respuesta del organismo a los cambios que afectan al equilibrio físico y psicológico del ser humano con sufrimiento. El comportamiento ante la enfermedad está determinado por condicionantes biológicos, personales, familiares, sociales y culturales.
El profesional sanitario ha de sensibilizarse y formarse en la atención a colectivos con necesidades especiales. Los pacientes con problemas de salud mental, los niños, los adolescentes, las personas intensamente agitadas, ancianos o personas con capacidades diferentes requieren una acción específica un tanto diferente a otro tipo de pacientes.
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